Un grupo de astrónomos internacionales descubrieron que la estrella NGC 1624-2 cuenta con el mayor campo magnético observado hasta la fecha en el espacio, veinte mil veces más intenso que el del Sol.
De las cien mil millones de estrellas de la vía láctea, solo unas 50 mil, es decir 1 de cada 2 mil millones tiene la masa superior a 20 masas solares, las cuales son llamadas estrellas O masivas. La estrella NGC 1624-2 tiene además cerca de treinta y cinco masas solares y pertenece al tipo raro de estrellas de comportamiento variable denominadas estrellas masivas Of?p, de las que solo se conocen cinco.
“Pese a su escasez, las estrellas masivas tiene una influencia desproporcionada ya que su radiación ultravioleta ioniza y calienta el gas interestelar, sus vientos lo barren y sus explosiones crean burbujas enriquecidas en elementos pesados”, informa el reporte de los científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), el 16 de julio.
Las estrellas O masivas son definidas como las grandes perturbadoras del medio interestelar, informa el Laboratorio de Astrofísica Estelar y Exoplanetas del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC).
“El estudio de estrellas tipo O resulta fundamental porque, a pesar de su escasez, presentan una enorme influencia en su entorno”, destaca el astrónomo Jesús Maíz, según IAA. “Son, entre otras cosas, responsables de la existencia de algunos de los elementos que nos componen. Si decimos que estamos hechos de polvo de estrellas, habría que aclarar que es en gran parte polvo de estrellas masivas”, agrega.
Su enorme campo magnético parece además ser la causa de su lento ritmo de rotación. Mientras NGC 1624-2 rota aproximadamente una vez cada medio año, el Sol tarda en girar sobre sí mismo menos de un mes. Las estrellas expulsan masa y partículas que son impulsadas por el viento estelar, y es el campo magnético el que controla este viento. En el caso de las estrellas masivas el campo estelar resulta especialmente intenso y pueden perder hasta el 30% de su masa a través de este viento.
En una estrella normal el viento se desliga de la estrella y viaja libremente, pero el intenso campo magnético de NGC 1624-2 genera una zona de influencia magnética, una magnetosfera que mide más de once veces el radio de la estrella, explica Gregg Wade, del Royal Military College de Canadá, quien participó en las investigaciones. “La estrella, al rotar, debe arrastrar todo el viento que se encuentra en su radio de acción, una enorme cantidad de materia que produce la ralentización del giro”, agrega Wade.
Según el reporte de los astrofísicos, el estudio del magnetismo estelar en estrellas masivas como la NGC 1624 2, les permitirá conocer mejor la dinámica del ciclo solar de nuestra estrella. Aproximadamente cada 11 años el Sol experimenta su período de “máximo solar” y aumenta su magnetismo expulsando masas de eyección coronal a la tierra que afecta barriendo el campo magnético de ésta.
Según el laboratorio Smithsoniano de Harvard, actualmente hay solo 5 estrellas consideradas de la categoría variable o rara: HD 108, NGC 1624 -2, CPD-28 2561, HD 148937 y la HD 191612. Las observaciones desarrolladas con el Observatorio Espacial Europeo (ESO) del Sur, permitieron confirmar recientemente la variabilidad de la estrella CPD-28 2561, usando el sistema espectropolarímetro de FORS-
2.“Estudiar estrellas masivas es como buscar una aguja en un pajar”, advierte Jesús Maíz Apellániz. “Hay que analizar muchas estrellas hasta encontrar una masiva y los sondeos son costosos en tiempo y en esfuerzo. Aunque se ha invertido mucho de eso en los últimos años, todavía no hemos conseguido identificar ni siquiera el 10% de las estrellas de la Vía Láctea de más de veinte masas solares”, según IAA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.