Los berberechos, las almejas y los mejillones se transmiten un cáncer, similar a la leucemia en los humanos, que está provocando una alta mortalidad de estos bibalvos, según una investigación publicada en la revista Nature.
El artículo ‘Widespread transmission of independent cancer lineages within multiple bivalve species” (‘Transmisión muy extendida de linajes de células cancerosas en varias especies de bivalvos’), demuestra que al menos cuatro especies de moluscos bivalvos se contagian la neoplasia diseminada, un cáncer similar a la leucemia que padecen los humanos, mediante la transmisión de células cancerosas de individuos enfermos a individuos sanos.
La investigación prueba por primera vez que el fenómeno de la transmisión de células cancerosas entre individuos es algo extendido en el medio marino. También demuestra por primera vez la transmisión natural de células cancerosas entre individuos de especies diferentes, en el caso de las almejas.
No obstante, entre los vertebrados, hay dos casos descritos de contagio de cáncer por la transmisión directa de células cancerosas: el demonio de Tasmania, entre los que se transmite un cáncer facial que está poniendo en peligro la supervivencia de la especie, y los perros, que se transmiten en la copulación un tumor venéreo.
El cáncer en los moluscos se contagia cuando las células cancerosas salen del individuo enfermo al agua e individuos vecinos las capturan. El profesor honorífico investigador del departamento de Ciencias de la Vida de la UAH, Antonio Villalba, ha destacado que “lo normal sería que el sistema inmunológico del receptor destruyera las células cancerosas, pero éstas se reproducen, provocando la enfermedad en el individuo receptor”.
En la investigación participan también los investigadores de la UAH María Jesús Carballal, David Iglesias, grupos de investigación de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, y grupos de investigación de Canadá.
Villalba ha explicado que hace tiempo que se conoce la existencia de cánceres semejantes a la leucemia, agrupados con la denominación neoplasia diseminada, en una larga lista de especies de moluscos bivalvos.
Sin embargo, aunque en la mayoría de las especies se trata de casos aislados, muy poco frecuentes, en las cuatro especies investigadas estos cánceres “afectan a un porcentaje alto de individuos, causando mortalidad alta”.
En todas las especies analizadas las células cancerosas corresponden a los mismos clones celulares independientes que se transmiten de individuos enfermos a sanos.
En concreto, en los mejillones y en los berberechos los linajes de células cancerosas se originan en las propias especies respectivas pero, de forma inesperada, los investigadores han comprobado que las células cancerosas que proliferan en las almejas P. aureus derivan en todos los casos de otra especie de almeja, Venerupis corrugata, a pesar de que es “rarísima” la detección de cáncer en esta última especie e incluso no se ha diagnosticado ningún caso de cáncer en las almejas V. corrugata recogidas en el mismo banco marisquero en que un porcentaje alto de almejas P. aureus están afectadas por la neoplasia diseminada’.
Según el artículo, una posible hipótesis de la transmisión de células cancerosas entre especies diferentes es que las almejas Venerupis corrugata que padecieron ese cáncer y no lo soportaron murieron; las que sobrevivieron se transmitieron la resistencia a la descendencia a lo largo de generaciones y la especie es ahora resistente, por eso no padecen la enfermedad’.
“El cáncer de los moluscos bivalvos no se transmite a los consumidores, aunque nos comamos berberechos o almejas que padezcan esta enfermedad, ya que nuestro sistema inmunológico acaba con estas células cancerosas en cuanto entran en nuestros jugos gástricos”, ha aclarado.
Finalmente, subraya que los estudios realizados abren “nuevas posibilidades para estudiar modelos de investigación para el cáncer transmisible”.
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