SPT, Telescopio Nasa en el Polo Sur, siguiendo el curso de Nibiru |
Desde el SPT, Telescopio del Polo Sur, el Gobierno de
Estados Unidos, a través de la agencia militar Nasa, está siguiendo, en secreto,
permanentemente el recorrido del planeta X, Nibiru, en aproximación a la órbita
de la Tierra. Esta misión astronómica en la base de observación espacial de la
Antártida se puso en marcha el 16 de febrero de 2007.
Pero este es un
asunto en el que quien mejor información maneja es el propio Vaticano, pues la
Santa Sede tiene a su disposición una red de observatorios astronómicos y cuenta
con sus propios proyectos espaciales.
El padre jesuita Malachi Martin
En
1997, el padre jesuita Malachi Martin, un sacerdote muy cultivado y bien
relacionado, conocedor del Tercer Secreto de Fátima, y con acceso al Papa,
explicó en algunas entrevistas, que el planeta Hercóbulus causaría millones de
muertos dentro de una década.
Pero el padre Martin falleció súbitamente
en 1999, y muchos piensan que quisieron silenciar al jesuita que se fué de la
lengua, ya que la hecatombe que se oculta en el Tercer Secreto de Fátima podría
estar relacionada con el planeta X.
El Vaticano cuenta con su propio
telescopio espacial, similar al Hubble
Pocas personas saben que el
Telescopio espacial Hubble tiene un hermano gemelo secreto, el "SkyHole 12".
Pero éste solo es uno de los ojos secretos con los que el Vaticano vigila el
cielo.
El Vaticano realiza el seguimiento de los movimientos de
Hercóbulus, fundamentalmente desde dos bases secretas vaticanas de exploración
espacial, convenientemente camufladas: una de ellas se encuentra en Chile, y la
otra en Alaska. Estos dos observatorios secretos vaticanos están manejados
exclusivamente por la sección de científicos astrónomos de la Orden de los
Jesuitas.
Ya en tiempos del Papa Pío XII, el SIV (Servicio Secreto
Vaticano) estaba al corriente de la aproximación hacia la Tierra de un planeta
que implicaba serios peligros.
Fué por ello que en los primeros años de
la década de 1990, el Vaticano puso en marcha el Programa Espacial "Siloe", una
misión secreta que formaba parte de un gran proyecto espacial vaticano más
amplio, denominado "Kerigma".
Para el programa secreto espacial del
Vaticano "Siloe", fué construída en secreto una nave sonda dentro del Area 51,
lejos de las miradas de los científicos civiles de la Nasa, que podrían filtrar
la información hacia el público.
Para el lanzamiento de la sonda vaticana
"Siloe" al espacio, con la misión de búsqueda del Planeta X, no se utilizó
ningún cohete de la Nasa, sino que fué llevada al espacio por un avión militar
supersecreto "Aurora", que es un tipo de aeronave que puede salir de la
atmósfera de la Tierra y viajar por el espacio.
El avión espacial supersecreto "Aurora" es
utilizado para las misiones "Secretum Omega" del Vaticano. Así salió al espacio
la nave-sonda vaticana "Siloe", sin pasar siquiera por la Nasa. El proyecto
ultrasecreto Aurora tiene su propio departamento militar, y su propio
presupuesto, dentro del gobierno estadounidense, al más alto
nivel.
El objetivo de la nave Siloe fué aproximarse a Nibiru y
fotografiar el cuerpo celeste. Una vez realizada la primera fase de la misión,
la nave Siloe invirtió de nuevo su rumbo y se acercó a La Tierra para transmitir
sus imágenes a la base de observación espacial del Vaticano en Alaska, la cual
empezó a recibir la información de Siloe en octubre de 1995.
Las tomas
fotográficas de la nave vaticana revelaron la realidad de un planeta de
dimensiones enormes en rumbo de aproximación hacia la Tierra. Esta información
secreta se consideró muy peligrosa, ordenándose inmediatamente desde el Vaticano
la clasificación de "secretum omega" con nivel 1, es decir, el máximo secreto,
para el expediente vaticano Nibiru.
¿Es
Hercóbulus una Intoxicación vaticana y de las sociedades
secretas?
Se ha intentado asociar al Planeta X con Ajenjo, el
cuerpo celeste del que se habla en la Biblia en el libro de Apocalipsis. Pero
Ajenjo es descrito en Apocalipsis más bien como la caída de un gran meteorito a
la Tierra, y no como un planeta que se acerca y que después pasa de largo,
causando ciertos desequilibrios. Ambos casos no coinciden como si fueran el
mismo caso.
De hecho, en los supuestos informes del SIV, servicio secreto
vaticano, previos al envío de la nave Siloe, se hablaba que dicho planeta,
Hercóbulus, estaba habitado por seres extraterrestres muy belicosos para los
habitantes de la Tierra.
Pero si el Planeta X se ha descrito como un
cuerpo tóxico, ardiente, que va sembrando lluvias de bolas de fuego y de nubes
venenosas de polvo rojo, piedras y rocas, entonces no tiene cabida alguna en ese
supuesto planeta ningún tipo de vida para civilización alguna. Esta
contradicción, además de la procedencia de la fuente, el Vaticano, nos pone en
guardia acerca del asunto del planeta X.
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