Conocido como “el profeta Basilio” por predecir la sucesión de monarcas en Rusia hasta nuestros tiempos, el monje Basilio sigue siendo una persona misteriosa para los historiadores. La manera en que realizó sus predicciones y principalmente, lo que dijo para el futuro de Rusia son un enigma que los rusos quieren saber.
Basilio, también conocido como monje Abel en Rusia, cuyo nombre fue Vasili Vasíliev, nació en 1757 en el pueblo Akulovo de Tula, de una familia de herreros. A los 19 años se fue de la casa en un viaje por todo el país, durante nueve años, hasta que en 1785, tocó las puertas del Monasterio de Valaam y pidió al jefe Abad, permitirle vivir en estas residencias. Después de un año de estadía, solicitó autorización para quedarse como ermitaño.
De esta manera, se cuenta que Abel superó muchas pruebas en el monasterio y 30 años después, tuvo una misteriosa visión por la cual obtuvo el don de la profecía. Después de esto, se dispuso a viajar nuevamente por el mundo “para divulgar y predicar la palabra de Dios”. Vagó nueve años y finalmente se detuvo en el Monasterio San Nicolás en Kostroma, donde escribió “El libro de los sabios y la sabiduría sobre la familia real”. El abad se asustó seriamente por el contenido del libro de Vasiliev y lo envió de inmediato a una consulta espiritual con los superiores.
Se conoce que el arzobispo se asustó aún más que el Abad, pues el libro anunciaba que “la emperatriz, Catalina II, pronto sería privada de la vida, y la muerte le sucederá pronto”. El monje Basilio fue inmediatamente encadenado, y enviado “lejos del pecado”, bajo estricta vigilancia a San Petersburgo.
En San Petersburgo, Basilio respondió al interrogatorio del Procurador Samoilov, a quien dijo que fue “el creador de los cielos y la tierra y todo lo demás, el que le enseñó a escribir el libro”, según la historia. Samoilov interrogó a Basilio e informó a la emperatriz de las predicciones del vidente, sin embargo, ella no quiso verlo y ordenó su encarcelación perpetua en la fortaleza de Shlisselburg.
Después de 10 meses y 10 días, estando el monje Basilio aún encerrado en una cámara secreta, ocurrió la muerte de la emperatriz. La noticia impactó a toda Rusia. En noviembre 1796, la emperatriz Catalina había muerto exactamente el día que había predicho el monje.
El emperador Pablo I subió al trono e inmediatamente llamó a Abel. Supuestamente Pablo pidió sus bendiciones y la predicción de su reinado. Como el monje no quiso responderle, quizás por temor a volver a la cárcel, el monarca le ordenó trasladarse al Monasterio Alejandro Nevsky, donde le dio todo lo necesario.
Después de un año, el monje Basilio volvió a Valaam y escribió un nuevo libro, similar al primero. El abad quedó muy asustado después de leerlo e informó de inmediato a San Petersburgo, El libro fue entregado a Pablo. En él contenía una muerte violenta para el Zar, además, de la hora y la fecha específica de tal suceso. El 12 de mayo de 1800, Pablo envió a Basilio a la fortaleza donde había estado encerrado 10 meses y 10 días.
El Zar murió repentinamente y el emperador Alejandro ascendió al trono, quien hizo trasladar al profeta a Solovki.
Después de un año, el monje no pudo contenerse y escribió en 1802 un tercer libro, que hablaba de la toma de Moscú. El afirmó y predijo para 1812 el incendio de Moscú, pero el emperador Alejandro no le creyó y lo mandó a la cárcel del monasterio, con la promesa de que se quedaría ahí, a menos que se cumpliera tal profecía.
Debió pasar 10 años y 9 meses en prisión, donde fue tratado sin piedad. Junto a él estaban dos hombres que murieron de frío, pero Basilio estaba de pie y firme.
Cuando Napoleón conquistó Moscú, y fue el incendio, Alexander recordó la profecía de Abel. Por lo que avisó al abad de enviar al preso de inmediato a San Petersburgo. Se presentó al procurador del Sínodo eclesiástico, Alexandre Nikolaïevitch Golitsyn con quien se sabe que tuvo una larga conversación, cuyo contenido exacto no se conoce.
De acuerdo a algunos testimonios, se conoce que predijo el destino de todos los gobernantes hasta el fin de los siglos y hasta la llegada de un supuesto anticristo. Quienes lo escucharon estaban aterrorizados. Después de hablar con el Sínodo, Basilio viajó y visitó el monte Athos en Grecia, Constantinopla y Jerusalén.
Después de la muerte de Alejandro, el Zar Nicolás, que conocía la historia de Basilio, ordenó nuevamente lo encarcelaran en una prisión del monasterio San Eutimio. Ahí escribió su obra “La vida y el sufrimiento”.
En 1875, la revista antigüedades de Rusia publicó una versión de la vida y el sufrimiento del padre y monje Basilio, pero las predicciones descritas no correspondieron a las fechas informadas, sin embargo, en las versiones contemporáneas de las predicciones del monje, Basilio anuncia la caída de los Romanov y las fechas que interesan al hombre de hoy.
Basilio, también conocido como monje Abel en Rusia, cuyo nombre fue Vasili Vasíliev, nació en 1757 en el pueblo Akulovo de Tula, de una familia de herreros. A los 19 años se fue de la casa en un viaje por todo el país, durante nueve años, hasta que en 1785, tocó las puertas del Monasterio de Valaam y pidió al jefe Abad, permitirle vivir en estas residencias. Después de un año de estadía, solicitó autorización para quedarse como ermitaño.
De esta manera, se cuenta que Abel superó muchas pruebas en el monasterio y 30 años después, tuvo una misteriosa visión por la cual obtuvo el don de la profecía. Después de esto, se dispuso a viajar nuevamente por el mundo “para divulgar y predicar la palabra de Dios”. Vagó nueve años y finalmente se detuvo en el Monasterio San Nicolás en Kostroma, donde escribió “El libro de los sabios y la sabiduría sobre la familia real”. El abad se asustó seriamente por el contenido del libro de Vasiliev y lo envió de inmediato a una consulta espiritual con los superiores.
Se conoce que el arzobispo se asustó aún más que el Abad, pues el libro anunciaba que “la emperatriz, Catalina II, pronto sería privada de la vida, y la muerte le sucederá pronto”. El monje Basilio fue inmediatamente encadenado, y enviado “lejos del pecado”, bajo estricta vigilancia a San Petersburgo.
En San Petersburgo, Basilio respondió al interrogatorio del Procurador Samoilov, a quien dijo que fue “el creador de los cielos y la tierra y todo lo demás, el que le enseñó a escribir el libro”, según la historia. Samoilov interrogó a Basilio e informó a la emperatriz de las predicciones del vidente, sin embargo, ella no quiso verlo y ordenó su encarcelación perpetua en la fortaleza de Shlisselburg.
Después de 10 meses y 10 días, estando el monje Basilio aún encerrado en una cámara secreta, ocurrió la muerte de la emperatriz. La noticia impactó a toda Rusia. En noviembre 1796, la emperatriz Catalina había muerto exactamente el día que había predicho el monje.
El emperador Pablo I subió al trono e inmediatamente llamó a Abel. Supuestamente Pablo pidió sus bendiciones y la predicción de su reinado. Como el monje no quiso responderle, quizás por temor a volver a la cárcel, el monarca le ordenó trasladarse al Monasterio Alejandro Nevsky, donde le dio todo lo necesario.
Después de un año, el monje Basilio volvió a Valaam y escribió un nuevo libro, similar al primero. El abad quedó muy asustado después de leerlo e informó de inmediato a San Petersburgo, El libro fue entregado a Pablo. En él contenía una muerte violenta para el Zar, además, de la hora y la fecha específica de tal suceso. El 12 de mayo de 1800, Pablo envió a Basilio a la fortaleza donde había estado encerrado 10 meses y 10 días.
El Zar murió repentinamente y el emperador Alejandro ascendió al trono, quien hizo trasladar al profeta a Solovki.
Después de un año, el monje no pudo contenerse y escribió en 1802 un tercer libro, que hablaba de la toma de Moscú. El afirmó y predijo para 1812 el incendio de Moscú, pero el emperador Alejandro no le creyó y lo mandó a la cárcel del monasterio, con la promesa de que se quedaría ahí, a menos que se cumpliera tal profecía.
Debió pasar 10 años y 9 meses en prisión, donde fue tratado sin piedad. Junto a él estaban dos hombres que murieron de frío, pero Basilio estaba de pie y firme.
Cuando Napoleón conquistó Moscú, y fue el incendio, Alexander recordó la profecía de Abel. Por lo que avisó al abad de enviar al preso de inmediato a San Petersburgo. Se presentó al procurador del Sínodo eclesiástico, Alexandre Nikolaïevitch Golitsyn con quien se sabe que tuvo una larga conversación, cuyo contenido exacto no se conoce.
De acuerdo a algunos testimonios, se conoce que predijo el destino de todos los gobernantes hasta el fin de los siglos y hasta la llegada de un supuesto anticristo. Quienes lo escucharon estaban aterrorizados. Después de hablar con el Sínodo, Basilio viajó y visitó el monte Athos en Grecia, Constantinopla y Jerusalén.
Después de la muerte de Alejandro, el Zar Nicolás, que conocía la historia de Basilio, ordenó nuevamente lo encarcelaran en una prisión del monasterio San Eutimio. Ahí escribió su obra “La vida y el sufrimiento”.
En 1875, la revista antigüedades de Rusia publicó una versión de la vida y el sufrimiento del padre y monje Basilio, pero las predicciones descritas no correspondieron a las fechas informadas, sin embargo, en las versiones contemporáneas de las predicciones del monje, Basilio anuncia la caída de los Romanov y las fechas que interesan al hombre de hoy.
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