Es bien conocido que en algunas sociedades de insectos, como en los grupos de termitas y hormigas, existen algunos miembros cuyo físico ha sido especialmente «diseñado» para ejercer una función «militar» y defensiva. Sin embargo, esto nunca se había detectado entre las abejas, que forman comunidades altruistas y cooperativas, donde las trabajadoras cuidan del nido y de la progenie de la reina. Hasta ahora, porque científicos de la Universidades de Sussex y Sao Paulo han identificado en Brasil por primera vez abejas soldado, unos especímenes más grandes, con las patas más largas y la cabeza más pequeña que sus congéneres, cuya función es, precisamente, proteger al resto. No tienen aguijón, pero utilizan la especial forma de su cuerpo para «bloquear» el paso de abejas enemigas dañinas. El hallazgo, que aparece publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (PNAS) es significativo para comprender la evolución de las comunidades avanzadas de insectos.
El descubrimiento de estas abejas soldado fue realizado por los científicos cuando estudiaban una abeja tropical sin aguijón común en Sao Paulo, la Tetragonisca angustula, donde son conocidas popularmente como Jataí. Anidan en cavidades de árboles y de las paredes. Cada nido tiene una reina y hasta 10.000 obreras.
Los investigadores descubrieron que las abejas soldado Jataí, que pueden suponer un 1% de la colonia, son un 30% más pesadas que sus compañeras del nido, y su forma difiere ligeramente de la de las cazadoras-recolectoras, con las piernas desproporcionadamente grandes y su cabeza pequeña.
Como ocurre con otros insectos sociales, las Jataí utilizan sus soldados para proteger la entrada del nido y vuelan cerca de la entrada para proporcionar una «alerta temprana» en caso de que detecten un peligro.
Contra las abejas ladronas
La nueva investigación muestra que las guardias de las Jataí, a diferencia de sus compañeras abejas de la miel, están morfológicamente especializadas para realizar una determinada tarea, siendo consistentemente más grandes. Los investigadores señalan que tener más guardianas es importante para la defensa del nido, ya que estos ejemplares grandes son más fuertes y eficaces en la lucha contra uno de los principales enemigos de las Jataí, las abejas dañinas Lestrimelitta limao, que matan a otras abejas y pueden arrasar muchas colonias cuando atacan sus nidos en busca de alimento. Estas soldados son, a juicio de los cientifíficos, como «las soldado de algunas colonias de hormigas y termitas».
A pesar de que la soldado Jataí carece de un aguijón, puede meter su cabeza en el ala de una abeja ladrona, impidiéndole volar. «Las abejas sin aguijón no están indefensas», apunta Francis Ratnieks, del Laboratorio de Apicultura e Insectos Sociales de la Universidad de Sussex. «La Jataí es una de las abejas más comunes que se encuentran en Brasil, pero su sofisticada defensa la convierten en una de las más sorprendentes».
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