Una misteriosa bola de fuego verde que se ve brillando sobre la «ciudad científica» de alta tecnología de Rusia ha desconcertado a los científicos.
El destello brillante y la cola veteada fueron vistos por los automovilistas aturdidos cerca de la ciudad de investigación Akademgorodok, en el borde de la capital regional Novosibirsk, en el sur de Siberia.
Los institutos de investigación en el área han sido apodados “arma secreta” de Vladimir Putin.
Las imágenes fueron captadas en dashcams en la oscuridad de la madrugada del martes y han generado una serie de explicaciones.
La agencia estatal Russia Today lo describió como un meteoro, pero reconoció que los astrónomos estaban «algo desconcertados» por la vista.
Las imágenes han provocado rumores de que Rusia estaba probando “armas extremadamente avanzadas”, mientras que otros sugirieron que era un OVNI.
Ilya Orlov, subdirector del Big Novosibirsk Planetarium, dijo que el fenómeno fue hermoso pero no pudo saber qué lo causó.
Un bólido es un meteoro muy brillante que explota en la atmósfera terrestre. No se encontraron rastros de roca espacial en el suelo nevado, se informó.
No se reportaron lanzamientos de cohetes ni pruebas de misiles cuando la bola de fuego apareció temprano el martes, lo que a veces explica los «avistamientos de OVNIs» en Siberia.
El espeluznante incidente fue cercano a Akademgorodok, creado por el Kremlin en 1957 como base para los científicos soviéticos en Siberia, lejos de las miradas indiscretas de Occidente.
Ahora es el hogar de muchos de los principales investigadores y académicos de Rusia que se especializan en todas las ramas de las ciencias, incluidos los desarrollos militares y espaciales.
Alberga docenas de institutos científicos y ha sido llamada la cuna de la innovación de alta tecnología del Kremlin.
El sitio se encuentra a solo nueve kilómetros de distancia de Koltsovo, hogar de un repositorio secreto de las enfermedades y virus más mortales del planeta.
El Russian State Research Centre of Virology and Biotechnology, llamado Vector, es un instituto altamente protegido que en la época soviética estaba a la vanguardia de los programas de armas mortales.
En los últimos años, Vector ha participado en esfuerzos para encontrar curas y antídotos para los enfermedades mortales como la peste bubónica, el ántrax, la hepatitis B, el VIH y el cáncer.
El centro de investigación tiene una de las dos últimas muestras de viruela en el mundo, y EE.UU. conserva la otra.
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