Un exempleado ha revelado qué medidas
precarias y qué tipos de materiales fueron usados por la empresa propietaria de
la central nuclear Fukushima para impedir las fugas del agua radiactiva tras la
catástrofe de marzo de 2011.
Yoshitatsu Uechi fue uno de los 17 trabajadores
de la prefectura de Okinawa enviados a la planta nuclear destruida para crear
nuevos almacenamientos de agua contaminada, informa el periódico japonés ‘Asahi
Shimbun’.
Uechi, que trabajó en la planta desde el 2 de
julio hasta el 6 de diciembre de 2012, recuerda que un día tuvo que reparar con
su colega las brechas de cinco o seis tanques de almacenamiento para impedir la
filtración del agua contaminada al Océano Pacífico.
Al subir a uno de los tanques, descubrieron que
la brecha de 30 centímetros de longitud había sido tapada con una cinta adhesiva
de color blanco, única ‘barrera’ entre el agua radioactiva y los
trabajadores.
“No podía creer que se pudiera hacer un trabajo
tan negligente, incluso tratándose de medidas provisionales”, denuncia el
empleado, agregando que, según las instrucciones, tuvo que asegurar la tapa de
tanque con cuatro pernos, aunque para esta tapa se necesitaban ocho.
Uechi dice que el uso de la cinta adhesiva no
fue la única muestra de negligencia durante los trabajos de descontaminación
radioactiva por parte de la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), propietaria de
la central nuclear Fukushima.
Según el exempleado, para reducir los costos en
muchos casos se tomaban materiales que ya estaban en uso y, en vez de las barras
de refuerzo para el hormigón armado de los tanques de almacenamiento, se
utilizaron simples redes de alambre. En algunos de estos tanques -indica-
después aparecieron brechas por las que se filtraba el agua contaminada
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