Expertos del Instituto Federal Suizo de Tecnología y la Universidad de Miami,
en Estados Unidos descubrieron que el borde de estos vórtices se representa
normalmente por un ancho cinturón de una sustancia brillante, similar a la
esfera de fotones que rodea a los agujeros negros.
Los especialistas utilizaron en su investigación imágenes del satélite del
sur del océano Atlántico, captadas entre noviembre de 2006 y febrero de 2007.
Como resultado encontraron en este período ocho fenómenos con posibilidad de ser
denominados agujeros terrestres.
El estudio describió el comportamiento de los vórtices en los fluidos
turbulentos utilizando los mismos principios matemáticos que describen el
fenómeno de los agujeros negros.
Según el portal Technology Review, el estudio evaluó las corrientes en el
suroeste del océano Índico y el sur del Atlántico, lugar donde existe un
fenómeno conocido como la fuga de las Agujas, corriente que se vuelve sobre sí
misma al final de su flujo creando remolinos en la zona meridional.
El análisis podría ayudar a entender cómo las corrientes oceánicas
transportan material. Los expertos afirman que estos agujeros deben atrapar
basura, aceite o incluso la propia agua, moviéndola de manera coherente a
grandes distancias.
Los autores del estudio también defienden la posibilidad de que se produzcan
análogos de agujeros negros en otras condiciones naturales, como en los
huracanes o en otros objetos espaciales.
Por lo tanto, los especialistas sugieren que la Gran Mancha Roja de Júpiter,
tormenta gigante en la atmósfera del planeta, podría ser el más famoso agujero
negro del sistema solar.
Los agujeros negros son regiones del espacio tiempo en las que la gravedad es
suficientemente fuerte para evitar que ninguna sustancia se escape, incluida la
luz.
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