Ver para
creer. Parásitos asombrosos: el gusano africano del ojo. (Las imágenes pueden
herir sus sensibilidad)
fuente/
Ojo Científico
Los
parásitos son organismos verdaderamente indeseables y pueden ser muy
repugnantes. Existen miles y miles de especies diferentes y de diversos tamaños,
pero hoy te vamos a hablar de uno de pequeña talla que tiene una estrategia
parasitaria bastante peculiar y asombrosa, el llamado “gusano africano del
ojo”.
Algunos datos de este
parásito
El nombre científico de este parásito es quizás uno de los más
sencillos que encontraremos, Loa loa, y pertenece al megagrupo de los nematodos,
los gusanos en forma de hilo. Es una especie que vive en África principalmente,
de donde es nativa, aunque los flujos migratorios actuales han permitido que se
detecten casos en otras regiones de todo el mundo.
Los individuos adultos pueden alcanzar unos 7 cm de longitud y 0,5
mm de diámetro, y como ocurre en muchos de estos parásitos, las hembras son
mucho más grandes que los machos.
Los vectores o agentes transmisores de este gusano son los
tábanos, unas moscas hematófagas muy comunes en muchas regiones tropicales.
Estos gusanos se alojan en las trompas succionadorasde estos dípteros, de manera
que cuando pican no solo succionan la sangre, sino que inoculan las larvas de
Loa loa bajo la piel. Una vez alojada en el tejido subcutáneo, la larva comienza
a alimentarse y a crecer muy lentamente de manera asintomática para el
hospedero, hasta convertirse en un individuo adulto en un proceso que puede
tardar incluso años.
Cuando el gusano está
listo, comienza a moverse rápidamente por los tejidos del cuerpo, y si se
encuentra con otro del otro sexo, copulan y liberan nuevas larvas llamadas
microfilarias al torrente sanguíneo, el cual las lleva por todo el cuerpo. Una
cosa muy curiosa es que estas larvas se distribuyen de acuerdo al horario, por
ejemplo, durante el día circulan libremente en la sangre y durante la noche, se
alojan en los pulmones. Al ser los tábanos vectores de actividad diurna, es por
el día cuando pican a la persona infectada, justamente cuando el parásito está
en su fase circulatoria, por lo que adquieren las larvas con la sangre y las
transmiten nuevamente, cerrando así el ciclo.
Este parásito en su fase adulta se mueve con suma facilidad por el
interior de los tejidos blandos de todo el organismo, por lo que puede alojarse
en lugares tan diversos como el corazón, los testículos o la vagina, el cerebro
y en el lugar más visible y que le da su nombre vulgar, en el
ojo.
Todos estos movimientos pueden ser
completamente indoloros, aunque en muchos casos provocan algún escozor y en
ocasiones dolor en caso de localizarse en una zona sensible, donde puede
provocar inflamación y fiebre.
En
el caso de su desplazamiento por los ojos, Loa loa ofrece quizás una de las
visiones más impresionantes y desagradables que puede atribuirse a un parásito
que afecta al ser humano. Normalmente no provoca dolor, ceguera u otro problema
clínico, y muchas veces las personas se dan cuenta cuando ven una sombra que les
tapa la visibilidad de manera esporádica o cuando sienten el movimiento del
mismo.
Esta es una
de las vías más propicias para lograr extraerlo de una vez del cuerpo gracias a
que es donde se hace más visible y fácil de capturar. Existen fármacos para el
tratamiento de la loiasis que es como se llama la enfermedad, pero en algunos
casos asintomáticos el parásito puede vivir muchísimos años en el interior del
cuerpo sin que nos demos cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.