Una nueva fuga de casi 2 toneladas de
agua contaminada se ha producido en la central de Fukushima. Se trata del último
episodio de una serie de fugas, que tras el accidente de la planta en 2011
afectan a la agricultura, la ganadería y la pesca local.
La operadora de la accidentada central nuclear
de Fukushima, en Japón, informó que 1,8 toneladas de agua radiactiva se
filtraron a través de brechas en las barreras que rodean los tanques para
almacenar el líquido contaminado.
Las fugas se han detectado en las bases de los
topes que rodean dos áreas de tanques de almacenamiento diferentes, según un
comunicado de la compañía operadora de la central, Tokyo Electric Power
(TEPCO).
TEPCO cree que el agua contaminada que se ha
filtrado de una de las zonas afectadas no ha podido llegar al mar, dado que no
hay ningún desagüe cerca, al tiempo que investiga si el líquido que se ha salido
de la otra zona de contención ha podido llegar al océano Pacífico a través de
alguna canalización.
Las barreras que acordonan las 23 áreas
designadas a estos depósitos en la planta son de 30 centímetros de altura y
fueron instaladas para evitar que el líquido contaminado fluyera al exterior,
como ocurrió el pasado verano, cuando se produjo la fuga de unas 300 toneladas
de agua altamente radiactiva.
Más de mil tanques –que sirven para acumular el
agua que enfría los reactores averiados, la cual se contamina al contactar con
los núcleos parcialmente fundidos de las unidades en Fukushima– fueron
construidos de manera rápida y económica tras el estallido de la crisis y sus
juntas se unieron con resina en vez de soldadura. Desde entonces, TEPCO intenta
sustituir cuanto antes dichos contenedores
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