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jueves, 19 de diciembre de 2013

UN BUQUE DE GUERRA CHINO OBLIGA A UN DESTRUCTOR DE EEUU. A UNA MANIOBRA EVASIVA.

El US Cowpens evitó in extremis la colisión en aguas del Mar de China, donde la declaración unilateral de una zona de identificación aérea por parte de Pekín ha provocado una crisis diplomática.



Aumenta la tensión en el Mar del Sur de China, donde el régimen dePekín ha establecido unilateralmente una zona de identificación aérea bajo su mando alrededor de unas islas hasta el momento controladas por Japón. Después de que los Estados Unidos desafiaran la decisión de las autoridades chinas ordenando a bombarderos B-52 sobrevolar la zona, un nuevo incidente conocido ayer ha hecho saltar todas las alarmas. El torpedero estadounidense Cowpens se vio obligado a realizar una maniobra evasiva para evitar colisionar con un barco de guerra chino que llevaba a cabo lo que el Ministerio de Defensa chino definió como una «patrulla rutinaria». El buque chino implicado era uno de los auxiliares del portaaviones Liaoning, el único de su flota y verdadero buque insignia de su Armada.

El Liaoning está llamado a ser una de las nuevas herramientas de una política exterior china que se perfila como cada vez más agresiva sobre todo en las áreas que el gigante asiático considera como su área de influencia. De momento, no ha sido totalmente armado y lleva a cabo solo misiones de adiestramiento, pero ya navega con una escolta de dos destructores y dos fragatas. Con uno de ellos se topó el Cowpens en el primer despliegue del Liaoning en las aguas de la discordia. La decisión de Pekín de enviar su flamante Liaoning a la zona, donde habitualmente se desenvuelve la VII flota estadounidense, es interpretada por muchos analistas como un afán de exhibir músculo militar en una nueva táctica de presión por parte del Gobierno que dirige Li Keqiang.
Incidente de «alto nivel»

Se trata del incidente más grave registrado en estas aguas desde el año 2009. El establecimiento de la zona de identificación aérea había soliviantado a los aliados de EE.UU en la región, como Japón o Corea del Sur, pero no parece que Pekín esté dispuesto a renunciar a sus pretensiones. Según las explicaciones dadas por el Ministerio de Defensa chino, «durante el encuentro, el buque chino actuó de acuerdo a un estricto protocolo y los dos departamentos de Defensa estuvieron informados de la relevante situación a través de los canales habituales de trabajo y mantuvieron una comunicación efectiva». El comunicado oficial chino subraya que «ambas partes tienen la voluntad de mantener una cerrada coordinación y hacer esfuerzos para mantener la paz y la estabilidad en la región».

Pese a las buenas palabras, Washington no se fía. Fuentes citadas por el periódico estadounidense Stars and Stripes, especializado en temas militares, aseguran que el Pentágono ha elevado el episodio a la categoría de «alto nivel». Los Estados Unidos insisten en que las aguas en las que se ha producido el encontronazo son internacionales y todas las naciones tienen derecho a llevar a cabo misiones en ella.

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