Debo reconocer que nunca antes había escuchado semejante cantidad de relatos
de testigos de fenómenos paranormales que ocurren en la región de la aldea
Miasnaia (de carne) y el bosque homónimo.
Cada
historia más horrenda que la anterior. Esta zona anómala es asimismo el lugar
más extenso por su concentración de todo tipo de espejismos, visiones y cosas
por el estilo en territorio de Rusia.
El
bosque Miasnói se encuentra en la región de Nóvgorod, en el llamado Valle de la
Muerte. Es un lugar boscoso y pantanoso, donde durante la Segunda Guerra Mundial
perecieron cientos de miles de soldados. En primer lugar del Segundo Ejército de
Choque soviético, y asimismo de la Wehrmacht alemana y de la División Azul
española.
Hasta
ahora en los lugares más recónditos del bosque queda una enorme cantidad de
restos no sepultados de esos soldados. De su búsqueda y sepultura se ocupan
varios grupos de jóvenes. Marina Vasílieva participa en uno de ellos y compartió
sus impresiones con La Voz de Rusia:
–Lo
primero que uno advierte en ese lugar es un silencio sepulcral y escalofriante.
En el bosque los pájaros no cantan. Parece que no los hay. Los cenagales
abundan. Es un lugar siniestro. En los barrancos a veces se ven los huesos de
los soldados no enterrados. Todo esto es deprimente. Una vez cuando nuestro
grupo volvía después de unas excavaciones oímos algo así como estallidos de
proyectiles, después gritos y tiroteos. Pero no estábamos asombrados: los grupos
anteriores nos habían dicho que estuviéramos psicológicamente preparados para
cosas semejantes. Tales cosas ocurren con frecuencia en el bosque
Miasnói.
Algunos
no solo escuchan, sino también ven lo que ocurría en el bosque durante los
combates. No en vano, el bosque Miasnói es considerado uno de los lugares más
conocidos en Rusia, donde se producen visiones.
Muchas
más cosas nos contaron sobre ese lugar. Por ejemplo, los lugareños están seguros
de que en el bosque conviven tranquilamente dos mundos paralelos, que allí con
cierta frecuencia aparecen los fantasmas de los soldados muertos, que se puede
ir al bosque únicamente de día y en compañía de varias personas. Después de la
puerta del Sol allí no hay nada que hacer: desaparecerás y nunca más te
encontrarán.
Los
vecinos también están seguros que el nombre de la aldea y del propio bosque
desde un principio encerraba un horrible presagio y no por casualidad atraía los
cruentos combates de 1941 y 1942. Sea como sea, el bosque Miasnói es
inequívocamente una zona geopatógena. Existen testimonios de muchos fenómenos
inexplicables que ocurrieron en otros tiempos y siguen ocurriendo hoy en día. En
el bosque con frecuencia se escuchan gritos de ¡hurra! y charlas en alemán y
español, o el fantasma de un soldado indica al grupo de búsqueda dónde hay que
excavar para encontrar sus restos. La gente al principio sufre desmayos por
semejante aparición del más allá y una vez recuperada empieza a cavar en el
lugar indicado y para sorpresa de todo encuentra lo que buscaba.
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