La roca pasará a unos 30.000 km de nuestro planeta, más cerca que la Luna y en la zona donde orbitan muchos de nuestros satélites
En febrero de 2012, un grupo de astrónomos españoles, del Observatorio de la Sagra, en Andalucía, descubría un asteroide de unos 50 metros de diámetro con una órbita muy parecida a la de la Tierra. Un año después, el 15 de febrero, esa misma roca se nos acercará mucho, a unos 30.000 km, más cerca aún que la Luna y en la zona en la que se encuentran muchos satélites, lo que la convertirá en una de las que más cerca hayan pasado jamás de nuestro planeta. Un roce extremo, sí, pero solo eso. Los astrónomos están convencidos de que 2012 DA14 no golpeará la Tierra. Existía la posibilidad remota de que sí lo hiciera en 2020, pero también ha sido descartada.
Los científicos siguen con atención la trayectoria del próximo visitante, por si se produce alguna variación, aunque están convencidos de que es segura para nosotros. Una roca de ese tamaño no destruiría la Tierra, pero podría causar una catástrofe de grandes proporciones si cayera en una zona habitada. Una ciudad entera podría quedar destrozada. El meteorito que impactó contra Tunguska, en Siberia, en 1908, solo unos metros más grande, provocó una explosión de varios megatones y arrasó más de 2.000 km cuadrados de tundra.
El asteroide no será lo suficientemente brillante como para ser contemplado a simple vista, pero desde Europa su paso podrá ser seguido con prismáticos y pequeños telescopios como si se tratara de una estrella veloz que cruza el cielo. La máxima aproximación ocurrirá sobre las 20.26 hora peninsular española
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