El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha declarado la alerta de emergencia sanitaria por gripe en el Estado, por lo que ha dado permiso a los farmacéuticos para que suministren las vacunas a niños a partir de los seis años, ya que hasta ahora sólo podían suministrarlas a mayores de 18 años.
Este aviso se ha producido un día después de que los funcionarios federales de salud alertaran de que la rápida propagación de esta enfermedad había alcanzado oficialmente proporciones epidémicas en Estados Unidos.
De hecho, nueve de las diez regiones del país elevaron la alerta de la gripe la semana pasada, dado que han sido ya 20 los niños que han fallecido como consecuencia de esta epidemia. En concreto, en Nueva York se han producido este año 19.128 casos de gripe, en comparación con los 4.404 ocurridos en la temporada 2011-2012.
"Estamos viviendo la peor temporada de gripe desde 2009, y la actividad de la gripe en el estado de Nueva York está muy extendida, con casos reportados en los 57 condados y los cinco distritos de Nueva York", ha comentado Cuomo.
Y es que, a partir del 5 de enero, el departamento de salud estatal ha recibido informes de 2.884 pacientes hospitalizados con casos confirmados por laboratorio, en comparación con 1.169 hospitalizaciones totales en 2011.
"Hemos instruido a los funcionarios para reunir todos los recursos necesarios para hacer frente a esta emergencia de salud pública y de eliminar todas las barreras para asegurar que todos los neoyorquinos --niños y adultos-- que lo necesiten tengan acceso a las vacunas contra la gripe", ha informado el gobernador de Nueva York.
Asimismo, la semana pasada el alcalde de Boston, Thomas Menino, declaró también en el Estado la alerta de emergencia de salud pública después de que se produjeran diez veces más casos de gripe que el año pasado.
Por tanto, la severidad de la temporada de gripe ha obligado a los hospitales de algunos estados a rechazar a las personas que llegan a las salas de emergencia, endurecer las restricciones sobre los visitantes y abrir instalaciones adicionales para acomodar a más pacientes.
Decenas de miles de estadounidenses mueren cada año a causa de la gripe, incluso en años no epidémicos, situándose el umbral de la epidemia en más de un 7,2 por ciento de las muertes. No obstante, todavía no hay un recuento definitivo del total de muertes que se han producido este año como consecuencia de la gripe.
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