Las supercélulas contienen unas corrientes ascendentes y descendentes muy fuertes y guardan dentro una verdadera joya de la meteorología severa: un mesociclón. Sí, un verdadero ciclón en tamaño minúsculo.
Un remolino constante de nubes que se alimenta de la corriente ascendente. Se le puede ver girar dentro de la supercélula, lenta pero inexorablemente. Y, por tanto, sólo hace falta una corriente de viento un poco más fuerte descendente que haga que se produzca el tornado.
vía/ Marcelo Castillo
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