TEPCO, la eléctrica japonesa encargada del control de la planta, ha admitido que el material radiactivo ha estado filtrandose en el Océano Pacífico desde la extinta central eléctrica durante los últimos seis años y que el problema está lejos de terminar.
En cualquier lugar entre 300 a 450 toneladas de agua contaminada se han liberado en el Océano Pacífico desde el sitio de Fukushima Daichi sobre una base diaria. Se cree que el agua contiene trazas de yodo radiactivo, cesio y estroncio-89 y 90.
A pesar de los mejores esfuerzos del gobierno japonés y de la comunidad científica del país, los peces de la región se han visto afectados por la salida de la radiación hacia el océano desde la central eléctrica.
Muchos de los peces capturados en la región han probado positivo para cantidades enormes de radiación que resulto en el cierre de muchas pesquerías en la región cerca de la central eléctrica. Los estudios también han demostrado que se han detectado alarmantes niveles de radiación en los peces capturados en la costa noroeste de los Estados Unidos y en Canadá, que se ha identificado como emanados de la central eléctrica.
Científicos del medio ambiente que han examinado los peces contaminados afirmaron que los niveles de radiación no son tan altos que resulten venenosos para los seres humanos que los consumen en este momento. Sin embargo, admitieron que la situación tendría que ser vigilada de cerca para asegurar que el nivel de radiación no sea demasiado alto.
No obstante, las afirmaciones han sido contradichas por otros científicos que afirman que no existe un nivel seguro de radiación en los productos alimenticios y que la contaminación radiactiva puede conducir a problemas de salud en el futuro.
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