Astronomos de la misión del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA han observado fuertes emisiones de dióxido de carbono del cometa ISON, antes de su paso través del Sistema Solar interior a finales de este año. Las imágenes capturadas el pasado 13 de junio con la cámara infrarroja de Spitzer indican que el dióxido carbono es expulsado poco a poco y de manera constante junto con el polvo. Ambos se unen en la cola del cometa que mide unos 300.000 kilometros de largo.
ISON se está calentando gradualmente a medida que se acerca al sol. En el proceso, los diferentes gases se calientan hasta el punto de evaporación. Los científicos creen que el dióxido de carbono es el gas que potencia estos cuerpos entre las órbitas de Saturno y los asteroides. "Ahora conocemos a ciencia cierta que esto es así", ha añadido el científico.
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