Un nuevo escándalo de pedofilia sacude a la curia romana luego de abrirse una investigación contra un ex carabinero que supuestamente organizó una red de explotación sexual infantil para ofrecerla a clérigos.
El denunciante, el ex sacerdote Patrizio Poggi, afirma que como mínimo nueve prelados católicos, entre ellos el secretario de un obispo, “compraban los servicios” de menores por 150-500 euros cada visita. Supuestamente, los encuentros se realizaban en las iglesias del norte de Roma.
Según el diario italiano ‘Corriere della Sera’, la Fiscalía de Roma ha abierto la investigación, pero los prelados acusados todavía no han sido interrogados y solamente han hablado tres personas que oficialmente no tienen vínculos con la Iglesia católica.
El propio Poggi asegura que decidió denunciar los hechos por “ser consciente de los incidentes graves que ponen en peligro la integridad y las normas canónicas”. Según las declaraciones de Poggi, los organizadores de la red reclutaban a niños y jóvenes “con los ojos bellos” en las calles, piscinas públicas y agencias de modelos.
Además de la red de explotación sexual, el ex carabinero acusado también estaba “involucrado en el comercio ilegal de hostias consagradas, adquiridas por miembros de sectas satánicas”, asegura Poggi.
Mientras tanto, los medios italianos no confían mucho en sus palabras, ya que en 1999 fue condenado por violar a dos adolescentes de 14 y 15 años en su iglesia de Santo Felipe Neri en el norte de Roma. Tras cumplir su condena, el sacerdote intentó volver al Vaticano, pero le fue denegado el reingreso.
Según el diario italiano ‘Corriere della Sera’, la Fiscalía de Roma ha abierto la investigación, pero los prelados acusados todavía no han sido interrogados y solamente han hablado tres personas que oficialmente no tienen vínculos con la Iglesia católica.
El propio Poggi asegura que decidió denunciar los hechos por “ser consciente de los incidentes graves que ponen en peligro la integridad y las normas canónicas”. Según las declaraciones de Poggi, los organizadores de la red reclutaban a niños y jóvenes “con los ojos bellos” en las calles, piscinas públicas y agencias de modelos.
Además de la red de explotación sexual, el ex carabinero acusado también estaba “involucrado en el comercio ilegal de hostias consagradas, adquiridas por miembros de sectas satánicas”, asegura Poggi.
Mientras tanto, los medios italianos no confían mucho en sus palabras, ya que en 1999 fue condenado por violar a dos adolescentes de 14 y 15 años en su iglesia de Santo Felipe Neri en el norte de Roma. Tras cumplir su condena, el sacerdote intentó volver al Vaticano, pero le fue denegado el reingreso.
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