Un científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA estudió al gran asteroide 1999 RQ36 descubierto en 1999, considerado un potencial riesgo para la Tierra durante su aproximación del año 2050, y logró finalmente, después de recopilar 12 años de datos, determinar que pesa 60 millones de toneladas y que se desvió 160 kilómetros de su curso, según un informe de la NASA publicado el 24 de mayo.
El 1999 RQ36 es un asteroide recurrente que el 25 de abril del 2012 pasó a 0,32 veces la distancia entre la Tierra y el Sol (distancia UA), es decir a 48 millones de kilómetros, antes de alejarse. Volverá a estar vecino a la Tierra en 2017 a 0,33 veces UA, mientras que en el 2050 se espera que se aproxime 0,0040 UA de la Tierra, es decir solo 660 mil kilómetros de nuestro planeta.
Para identificar la masa del asteroide que podría ser un riesgo para la Tierra, el científico Steve Chesley del Programa internacional de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO en inglés) de JPL, explica que lo primero que se necesitó fue entender su órbita y todo lo que podría afectarla.
La órbita de los asteroides puede verse afectada por un sin número de cosas, pero especialmente están los cuerpos celestes vecinos que pueden interferir en su curso con la atracción de gravedad, y cualquier otra fuerza de propulsión propia.
El reporte de la NASA explica que se analizaron “observaciones extraordinariamente precisas recogidas por el astrónomo Michael Nolan en el Observatorio de Arecibo en septiembre de 2011, y en las observaciones del radar del Sistema Solar Goldstone en 1999 y 2005.
Sumado a esto se estudiaron los efectos gravitacionales que podrían ejercer sobre el asteroide, tanto el Sol, la Luna, los planetas e incluso otros asteroides, de esta manera, Chesley pudo identificar hasta que punto el asteroide modificó su ruta.
El los últimos 12 años el asteroide 1999 RQ36 se desvió de su ruta 100 millas, es decir 160 kilómetros.
La única explicación para esta pequeña desviación, según explica Chesley en el informe de la NASA, es que en la misma roca se está generando una fuerza propulsora, conocida como efecto Yarkovsky. Este efecto fue nombrado por primera vez por el ingeniero ruso que lleva su nombre en el siglo XIX.
Yarkovsky propuso que los pequeños objetos rocosos que vuelan por el espacio durante largos períodos de tiempo pueden darse un ligero empujón cuando absorben luz de la energía solar que luego la re-emiten como calor. Como es un efecto muy sutil o muy pequeño es muy difícil de medir.
Esta pequeña fuerza que se ejerce sobre los asteroide como 1999 RQ36 al pasar cerca del Sol, equivale según los científicos a solo “el peso de 3 uvas”.
“Cuando se habla de que la fuerza de tres uvas empuja a una masa de millones de toneladas [como el asteroide en estudio], se necesitan una gran cantidad de mediciones de alta precisión durante largo tiempo para ver los cambios orbitales. Afortunadamente, el Observatorio de Arecibo proporcionó 12 años de grandiosos datos de radar y fuimos capaces de verlo”.
A la investigación se sumó el estudio térmico de la roca espacial realizado por Josh Emery de la Universidad de Tennessee, que usó el telescopio espacial Spitzer de la NASAS en 2007.
Su estudio permitió descubrir a que grado era capaz el asteroide de cubrirse de una capa de polvo aislante, compuesta de material muy fino, un factor que consideran como clave para el efecto Yarkovsky.
Chelsey sumó los datos obtenidos de la órbita, junto con el tamaño del asteroide y las propiedades térmicas, más la fuerza de propulsión, y de esa manera fue capaz de realizar un cálculo de sus toneladas métricas.
El determinó entonces que el asteroide 1999 RQ36, que mide cerca de un kilómetro y medio de diámetro, tiene una masa de 60 millones de toneladas métricas.
“Esto significa que tiene aproximadamente la misma densidad del agua, por lo que es más probable que sea una mezcla porosa de rocas y de polvo”, aclara la NASA.
El asteroide 1909RQ36 es parte de un proyecto espacial de la NASA, llamado Osiris Rex, programado para ser lanzado el año 2016 y que tendrá la misión de recoger muestras del asteroide y regresar a la Tierra.
Para el estudio, se utilizó el radar del Sistema Solar Goldstone en el desierto de California, el Telescopio Espacial Spitzer, y el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico patrocinado por la NASA. Las conclusiones se presentaron el pasado sábado 19 de mayo en una reunión sobre asteroides, cometas y meteoros realizada en Niigata, Japón.
Articulo original de la gran epoca
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