Para los investigadores, este boquete es el responsable de la crítica subida de los niveles de radiación, que han alcanzado en las últimas semanas los 530 sieverts por hora.
Tokio activó la alarma en el país la semana pasada tras descubrir el origen 
del repentino aumento del nivel de radiación en la zona de la instalación 
nuclear: un agujero de unos dos metros de 
diámetro en el reactor ‘Número dos’ que ha provocado una 
fuga, informa ‘The Japan Times’.
La brecha fue descubierta por investigadores de TEPCO, la empresa 
constructora y gestora de la central, que en su informe más reciente sobre la 
situación de Fukushima I explican que la fuga se encuentra en una rejilla 
metálica por debajo y dentro del recipiente de presión del reactor.
La brecha fue descubierta gracias a un brazo mecánico con una cámara que 
grabó esta zona, prácticamente inaccesible, del interior del reactor. El agujero habría sido provocado por una de las fugas 
de combustible nuclear fundido que afectó a la central y que afectó 
directamente al recipiente. Dichos restos de combustible fueron localizados en 
torno al agujero.
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