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martes, 26 de septiembre de 2017

23 de septiembre: El fin del mundo que no ocurrió… pero no es razón para celebrar

Una vez más el «fin del mundo» que alarmó en las redes sociales fue desmentido.

Un nuevo anuncio de la llegada del fin del mundo para hoy 23 de setiembre alarmó una vez más a la humanidad. Sin embargo, la NASA se pronunció a través de sus redes sociales para poner punto final a las especulaciones que señalan el fin de la Tierra.
La «predicción» que señala este día como el fin del mundo explicaba que este hecho ocurriría producto de la colisión de un Planeta X o Nibiru con el planeta Tierra. Pero la NASA aseguró en una reciente actualización que «el planeta en cuestión, Nibiru, no existe, por lo que no habrá colisión».
Como lo demuestra la historia, esta no es la primera vez que se utiliza la teoría del planeta Nibiru para anunciar profecías apocalípticas, las cuales vuelven a surgir de tiempo en tiempo.
La primera teoría que defendió la existencia de Nibiru, un supuesto planeta descubierto por los sumerios, aseguraba que la catástrofe ocurriría en mayo del año 2003. Pero cuando no ocurrió nada, sus seguidores trasladaron la fecha del «juicio final» para el 21 de diciembre del 2012, vinculándolo al final de uno de los ciclos del antiguo calendario maya.

Opinión de la NASA

NASA niega rotundamente la existencia de Nibiru, a pesar de que recientemente han habido muchas noticias científicas sobre el Planeta X, un gran planeta que podría existir en los confines de nuestro Sistema Solar.
NASA ha afirmado lo siguiente:
«Nibiru y otras historias sobre planetas errantes son falsas. No existen fundamentos fácticos para estas afirmaciones. Si Nibiru o el Planeta X fueran reales y se dirigieran a un encuentro con la Tierra en 2012 (o 23 de setiembre del 2017), los astrónomos habrían estado rastreándolo por lo menos durante la última década, y ahora sería visible a simple vista. Obviamente, no existe», explicó la NASA en un artículo del 2012 negando así cualquier profecía.

Asimismo, la NASA anunció que hoy en día sus astrónomos llevan a cabo una encuesta llamada Spaceguard Survey, con el fin de encontrar grandes asteroides cerca de la Tierra mucho antes que la golpeen.
«Ya hemos determinado que no hay asteroides amenazantes tan grandes como el que mató a los dinosaurios», señaló en el 2012 la NASA que, además, publica abiertamente sus descubrimientos diarios, los cuales puedes revisar en el sitio web de la Oficina del Programa de Objetos de la Tierra de la NASA.

Un fin del mundo real

En la escala de tiempo cósmica, el fin de los tiempos para la Tierra es una realidad que ya se ha puesto en movimiento: con el tiempo nuestro Sol se expandirá para convertirse en un supergigante y hervir, quemar o engullir toda la vida en nuestro planeta. Pero todo el proceso va a tomar miles de millones de años.
En ese momento, el planeta podría estar muerto de todos modos porque la dinamo magnética en el núcleo de la Tierra que genera un campo magnético protector para protegernos de la radiación fatal del espacio podría ya no existir, dejando el planeta desprotegido, al igual que el Marte actual.
Ese escenario de los últimos tiempos también es probable en muchos miles de millones de años en el futuro. Sin embargo, ¿qué pasa con las amenazas a corto plazo que escuchamos, como el cambio climático? Un nuevo modelo matemático publicado esta semana advierte que los niveles de carbono en los océanos del mundo podrían llegar a un punto tan pronto como el año 2100 que desencadenará un evento de extinción en masa.
Ese escenario apocalíptico tampoco se desarrolla en el transcurso de unas pocas semanas o meses como lo hacen las predicciones de Nibiru. Probablemente sería un proceso que llevaría miles y miles de años, tal vez dando lugar a nuevas especies dominantes.
En la actualidad, los seres humanos están preparados para ser las especies más propensas a ser capaces de adaptarse a estos cambios, aunque un colapso ecológico podría ciertamente conducir a hambrunas, escasez de alimentos y agua, conflictos violentos y mucho más sufrimiento humano.
Estos son los verdaderos problemas a más corto plazo que podemos y debemos trabajar para prevenir en este momento, en lugar de preocuparnos por el apocalipsis, ya sea el que no ocurrirá este sábado o el lento final de los días que ya está sucediendo.

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