En el reciente pasado geológico tuvieron lugar -en varios lugares de todo el mundo- eventos volcánicos lo suficientemente grandes como para devastar a la Tierra. Parece inevitable que otra súper-erupción golpee nuevamente en el futuro.

Se necesitan decenas de miles de años para mejorar la corteza y generar suficiente magma erupcionable. Una vez establecidos, éstos se funden, son cuerpos de magma gigantescos, característicos e inestables que duran sólo de unos pocos siglos a milenios.
“Ahora hemos demostrado que en los inicios del proceso de descompresión liberan burbujas de gas anunciando que en menos de un año será la erupción”.
Gualda y Stephen Sutton -de la Universidad de Chicago- analizaron docenas de pequeños cristales de cuarzo en Obispo Tuff de la toba volcánica. Investigaciones anteriores de cristales de cuarzo de varias súper-erupciones, incluyendo a Long Valley señalaron que tienen bordes superficiales distintivos. Estos estudios concluyeron que los bordes se formaron en menos de un siglo antes de la erupción.
El nuevo estudio publicado en PLOS ONE, utiliza un método más preciso para medir los tiempos de crecimiento del borde, puestos en variaciones de concentración de titanio en el cristal.

Esto les permitió utilizar imágenes cátodo-luminiscentes para hacer mediciones de alta resolución en variaciones de concentración de titanio y basándose en esto, determinar la edad y tasas de crecimiento.
“La edad de tiempos máximos de crecimiento van desde aproximadamente 1 minuto a 35 años, con un promedio de aproximación de 4 días. Más del 70% en el borde de tiempo de crecimiento son menores a 1 año, esto demuestra que la edad del cuarzo creció sobre todo antes de días o meses de la erupción”, escribieron. “Se llevó a cabo en condiciones de elevada sobresaturación, eso sugiere que el borde de crecimiento marca el inicio de la descompresión y transición pre-eruptiva a condiciones eruptivas”.
Según Gualda, el período de descompresión estaría probablemente acompañado por la expansión del cuerpo magma, que debería tener efectos detectables sobre la superficie de la Tierra. Aunque se necesita más trabajo para comprender cuáles serían exactamente los signos en la superficie, el estudio sugiere que los signos de una súper erupción inminente comenzarían a sentirse dentro de un año antes de la erupción y que se intensificarán a medida que se acerque la erupción.
Últimas súper erupciones
El Campi Flegrei en Italia produjo una gran erupción hace 40.000 años.
Indonesia fue el sitio de la súper erupción de Toba en Sumatra hace 75.000 años y la erupción de Tambora en 1815.
En Estados Unidos, Yellowstone experimentó tres súper erupciones en los últimos 2 millones de años.
“Por lo que podemos determinar actualmente, ninguno de estos lugares alberga el tipo de cuerpo magma en fusión rica, gigante y necesaria como para producir una súper erupción”, dice Gualda. “Sin embargo, son los lugares donde en el pasado ocurrieron súper erupciones, por eso serían más propensos a ocurrir en el futuro”.
La investigación de Gualda y de Sutton proporciona nuevos conocimientos sobre la escala de tiempo durante el cual se llevaría a cabo la iniciación de un evento tan potente como para terminar con la civilización.
(Fuente: lagranepoca.com)
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