Se
llama Efecto Mozart a la propiedad de algunos tonos y ritmos que ayuda a
fortalecer la mente, a vivificar la creatividad, a activar emociones y a
sanar el cuerpo. La expresión “Efecto Mozart” se refiere a los efectos
que puede producir a personas escuchar las melodías de W. A. Mozart.
El Efecto Mozart es un ejemplo con estudio que lo demuestran de cómo
médicos, chamanes músicos y profesionales de la salud utilizan la
música, los sonidos y la voz para tratar diversas enfermedades. Un médico francés llamado Alfred Tomatis, ha estudiado los poderes
creativos y curativos del sonido y la música, y en particular de algo
denominado Efecto Mozart.
Es posible que la música de Mozart haga “entrar en calor” al cerebro
ya que ayuda a “organizar” los patrones de “encendido” de las neuronas
en la corteza cerebral, fortaleciendo especialmente los procesos
creativos del lado derecho del cerebro que se asocian con el
razonamiento espaciotemporal.
Los científicos llegaron a la conclusión de que escuchar música actúa
como un “ejercicio” para facilitar operaciones asociadas con las
funciones superiores del cerebro, en otras palabras, escuchar la música
de Mozart puede mejorar nuestra concentración y nuestra capacidad de dar
un salto intuitivo.
Una elaborada investigación, ha demostrado que, aún cuando una
persona no esté consciente sigue escuchando. El pasaje auditivo a
diferencia de los demás sistemas sensoriales, posee un revelador extra,
las fibras auditivas no son afectadas por la anestesia. De modo que
siguen transmitiendo el sonido, dicho simplemente: Nunca dejamos de
escuchar, y no es necesaria nuestra participación consciente.
La música de Mozart posee un poder sanador y liberador que comunica
equilibrio energético y logra lo que tratan de conseguir muchos sistemas
de sanación, sea acupuntura, hierbas, dietas u otros tipos de enfoques,
justamente ayudar al paciente a encontrar ese equilibrio.
La música de Mozart puede equilibrar nuestra energía de manera extraordinaria,
Los efectos de la música
Tomatis encontró que, más allá de las preferencias del paciente, o su
conocimiento sobre el compositor, invariablemente la música de Mozart
calmaba al oyente, mejoraba su percepción espacial, y le permitía
expresarse con más claridad. Mozart, descubrió, lograba los mejores y
los más perdurables resultados, ya fuera en Tokio, Nueva York, o en la
selva amazónica
En la actualidad los científicos concuerdan en que hay muchos
diferentes tipos de música que puede ser terapéutica. Algunas personas
reaccionan bien al escuchar jazz o reggae. Otras se sienten mejor cuando
escuchan canto gregoriano, o heavy metal. Pero últimamente los
investigadores han confirmado –como Tomatis– que la obra de un
compositor en particular, Wolfgang Amadeus Mozart, sobresale
enigmáticamente entre todas las demás formas musicales por su poder de
curar el cuerpo humano. A esta especial capacidad curativa la han
denominado “efecto Mozart”.
La música y su efecto curativo
Los científicos empiezan a comprender no sólo que algunas formas
musicales son más curativas que otras, con la música de Mozart en primer
lugar sino que, además, empiezan a entender por qué.
En la China se producen composiciones musicales con algunos títulos
muy curiosos, como por ejemplo, obesidad, constipación, o insomnio. En
las disquerías, también se puede comprar hígado, corazón y pulmones. La
mayoría de estas composiciones utilizan instrumentos tradicionales
chinos, y la ejecución es perfecta. Los chinos “toman” esta música como
si tomaran hierbas medicinales, para que los ayude a curarse de los
problemas que se describen en el título del disco.
En Japón, para los dolores de cabeza recomiendan escuchar “Canción de
Primavera” de Félix Mendelssohn o “Humoresque”, de Antón Dvorak. En los
hospitales de la india se utiliza música hindú tradicional para ayudar a
la curación.
Don Campbel, autor del conocido libro “El efecto Mozart” escribió:La música mejora la ansiedad, el dolor, la soledad, pero no existen recetas para síntomas, por ejemplo cierto concierto de Mozart, diez minutos dos veces por día. El efecto Mozart cura, pero no se presta para recetas. El poder curativo varía de acuerdo a la composición de los intérpretes, la persona oyente, la postura y otros factores. En lugar de concentrarme en síntomas y trastornos, he tratado de dar importancia al tratamiento de la persona total.
Somos uno, la casa de los espejos. yo soy tú y tú eres yo, cómo es arriba es abajo..........
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