Para ello se ha diseñado y construido la
tuneladora más grande del mundo, la tuneladora Bertha, una máquina de ingeniería
colosal de 6.700 toneladas de peso, 18 metros de diámetro y más de 5 pisos de
altura. Para que se hagan una idea, ¡su peso equivale a 84 autobuses
juntos!
La llamaron Bertha en honor a la primera
mujer que fue Alcaldesa de una gran ciudad, Seattle, en 1.926. Curiosamente, el
nombre Bertha proviene de la palabra alemana Perchta, una diosa pagana del
interior de la tierra que entronca con todos aquellos mitos germanos y del norte
de Europa que nos hablan de un misterioso mundo subterráneo que bulle de
actividad bajo nuestros pies.
La tuneladora Bertha, capaz de avanzar a un
ritmo de 30 metros diarios, trabajaba sin problema alguno hasta que el pasado 9
de diciembre se paró en seco. La tuneladora más grande del mundo
había chocado con algo de inesperada e increíble resistencia,
algo que tiene parado un proyecto valorado en dos mil millones de dólares desde
hace casi un mes.
Los ingenieros que examinaron previamente el
terreno por el discurriría Bertha no se explican ni han sido capaces hasta ahora
de aclarar qué es ese misterioso objeto que tiene la obra paralizada. Ese objeto
no entraba en los planes ni se esperaba nada parecido en los análisis y
prospecciones de terreno que han de hacerse al mínimo detalle antes de emprender
una obra de esta envergadura. Estamos hablando de una de las empresas de
ingeniería sobre el terreno más importantes de los Estados Unidos.
La idea es que, a la vuelta de las vacaciones de
Navidad se vuelva a trabajar sobre el terreno. De momento se han instalado diez
pozos para tratar de drenar el agua que anega el suelo y ver de qué tipo de
objeto se trata pues la presión del agua impide que los operarios puedan
descender a comprobar in situ el lugar donde se ha producido el atoramiento. Por
el momento son todo conjeturas. Ingenieros e historiadores no alcanzan, de
momento, a dar ninguna explicación
sobre la naturaleza de este
misterioso objeto…
Se ha especulado con que pudiese ser una gran
roca glacial, pero el suelo que la rodea habría de ser mucho más firme para
soportar un peso y tamaño semejantes, teoría que ha quedado descartada desde el
principio.
Se da la circunstancia de que entre los años
sesenta y setenta, en las obras del aeropuerto, el Ayuntamiento, la biblioteca
municipal, etc. que se hicieron en la ciudad aparecieron restos de mamut y
mastodonte.
¿Cabría la posibilidad de que la tuneladora Bertha hubiese
topado con un gigantesco cementerio prehistórico?
Recientemente Lorraine McConaghy, del Museo de
Historia e Industria de Seattle supone que pudiese ser algún objeto o maquinaria
industrial enterrada, los restos de un aserradero que habría existido en la
zona. Otros afirman que quizá pueda ser un edificio enterrado, una
locomotora, una caldera o cualquier maquinaria utilizada en aquel aserradero.
Otras teorías apuntan incluso a un OVNI o algún artefacto antiquísimo dejado por
alguna civilización desconocida.
En este mes, enero de 2014, se reanudarán los
esfuerzos para averiguar qué es este misterioso objeto que tiene en vilo, no
solo a la ciudad de Seattle, sino al mundo entero. ¿Sabremos por fin de qué se
trata?
En Mundo Desconocido nos llama la atención que
tratándose de una obra que, recordemos, está presupuestada en más de dos mil
millones de dólares, una obra en la que cada día que se pierde de trabajo, las
pérdidas son millonarias, se hayan detenido las prospecciones por Navidad. ¿Es
que acaso no cabe pensar que no se han hecho prospecciones sónar? Desde luego la
prensa y la versión oficial nada dicen de ello.
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