Los astrofísicos de todo el mundo se preparan para observar el paso
del cometa PanStarrs a 100 millones de kilómetros de la Tierra.
A pesar de la gran distancia, en los próximos
días, el cuerpo pasará cerca del Sol convirtiéndose en un punto tan luminoso
como Mercurio, lo que permitiría que desde el hemisferio norte pueda observarse
a simple vista, en el atardecer de los días 11 y 12 de marzo.
PanStarrs fue descubierto en junio de 2011 por
los investigadores que trabajan en el telescopio de observación panorámica y
sistema de respuesta rápida, en Hawaii, en donde se detectan e identifican
cuerpos potencialmente peligroso para la Tierra, como cometas y
asteroides.
Al estudiar la trayectoria de este cuerpo y
comprobar que no era peligroso para el planeta, los expertos determinaron que
PanStarrs tendría su máxima aproximación en la primera semana de marzo, cuando
alcanzara los 100 millones de kilómetros de distancia.
Desde ya se puede observar desde algunos puntos
de Australia, sin embargo, el cometa no alcanzará su brillo máximo hasta,
aproximadamente, una semana, cuando se acerque al Sol. Será entonces cuando será
visible, a simple vista, para los habitantes del hemisferio norte.
A pesar de estos datos, el científico del
Laboratorio de Investigación Naval, Karl Battams, ha indicado que un “cometa de
los nacidos en la Nube de Oort es siempre una incógnita, e igual que son capaces
de despliegues espectaculares, protagonizan también fallos lamentables”.
En este sentido, ha explicado que la Nube de
Oort es el lugar de origen de todos los ‘nuevos’ cometas. Se trata de una lejana
“nube” de hielo, en la que se forman cuerpos hechos de gas congelado, agua,
polvo y roca. Los cometas que vienen directamente de allí son esencialmente
cápsulas de tiempo desde los albores del sistema solar –unos 4,5 millones de
años– y, a medida que se dirigen hacia el Sol, los gases congelados que
contienen se subliman, creando las colas espectaculares vistas en algunos
cometas.
Battams ha advertido que “casi cualquier cosa
puede pasar”. “Por un lado, el cometa se puede colapsar y por otros las venas
frescas de material congelado podría escupir chorros de gas y polvo en el cielo
nocturno”, ha apuntado. Sin embargo, ha señalado que, “debido a su baja
distancia del sol, PanStarrs debe ser muy activo, produciendo una gran cantidad
de polvo y por lo tanto una bonita cola”.
PanStarrs servirá como “calentamiento” para los
astrónomos de cara a la llegada del “cometa más brillante” de 2013, ISON, que se
espera a finales de este año. Los expertos esperan que ISON pueda eclipsar el
brillo de la luna llena.
“Dos cometas brillantes en un año es un hecho
raro”, ha apuntado Battams, quien ha añadido que, este acontecimiento unido a
las lluvias de meteoros, harán de 2013 “un buen año para los astrónomos
aficionados”.
elEconomista.es
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